Mi cartita de hoy...

Hoy, Tere, quiero decirte a vos, mi Madrina,

A la Teresa 'grande' ¡nuestra santa Madre!

y a la Madre de todos, la Sma Virgen,

¡mi querida Mama!

Muchas gracias a todas por acompañarme

Por velar por mi alma,

por indicarme el camino

por hacerme fuerte

por enseñarme a vivir en Cristo

por asistirme en la oscuridad

y regalarme la serena alegria

que solo otorga la Paz de Jesus.


Mucho mas fuerte me hago en cada dolor

que el Señor me acepta como ofrenda.

Pero lo logro con el abrazo de ustedes

¡ De las tres caminando junto a mí !


Una me presta su pequeñez donada

La otra su determinacion y fuego

Y Mamita, siendo el puente cortito

y directo para llegar al Amado



¡Bendita la noche que me anuncia

la luminosidad del dia!

GRACIAS POR NO DEJAR A SU HIJA

A SOLAS EN LA BATALLA

O mejor dicho, por hacerle recordarrr

que Nunca esta batallando sola!

SARITA



PD: Amada Madrina,

te pido Como cada dia...

¡Fais que Je te ressemble Thérèse!

Para que asi, pueda decir como vos:

¡Fais que Je te ressemble Jesus!

En esta sección recogemos la mayor parte de los textos que Teresita conservaba en el cajón
de la mesa de su celda o dentro de los libros que tenía a su uso, clasificados por orden cronológico.
Los demás textos son de escaso interés o difícilmente comprensibles. 24 de noviembre de 1888. Testamento de san Juan de la Cruz (copia)

La primera fiesta de san Juan de la Cruz que Teresa, postulante, vive en el Carmelo. Habría tomado el hábito por estas fechas si el señor Martin no hubiese caído enfermo. Se trata, sin duda alguna, de la copia del billete que escribió Teresa ese día. Publicado en VT, nº 94, abril 1984, p. 157

Testamento de N. Padre San Juan de la Cruz

Hija mía, a ti te dejo mi pureza de intención... Me imitarás privándote por Dios de todo consuelo e inclinando tu corazón a elegir siempre preferentemente todo lo que cause menos satisfacción a tu gusto, tanto si viene de parte de Dios como si viene de las criaturas... A esto es a lo que se llama amar a Dios de verdad...

EN SU BEATIFICACION

El 11 de febrerol de 1923 fue promulgado el decreto de aprobacion de los milagros para la beatificacion. Y el 29 de abril del mismo año, TERESITA fue declarada BEATA.

El decreto de beatificacion se refiere a Teresita del siguiente modo:

"Teresa nos enseña la dulce y sincera humildad de corazon, la fidelidad total a los deberes de estado, sean los que sean y en la esfera que sean, en cualquier grado de jerarquia humana en que Dios nos ha colocado, y nos mande a trabajar la aceptacion de todos los sacrificios, y el total abandono confiados en manos de Dios, por encima de todo, la caridad verdadera, el real amor a Dios, la ternura verdadera por Jesucristo, respondiendo a la misma que ÉL tuvo y que nos ha testimoniado. Tal es la leccion que TERESITA nos ofrece hoy, a fin de que podamos elevar nuestras aspiraciones a la perfeccion de la vida cristiana...

Ella es una palabra de Dios para el mundo de hoy"
SS PIO XI

Es conocida la busqueda que hizo Teresita de su definicion vocacional.

Comprende que los interrogantes de su existencia deben de tener una respuesta.

Decidida su vocacion a la vida consagrada,Tere se se enfrenta con el deber de discernir su mision. Pasa por su mente un desfile impresionante de martires, doctores, misioneros, contemplativos, sacerdotes, ermitaños...No sabe dónde encajar su mision personal, aparentemente lejana de esos 'colosos de la santidad', segun sus humildes expresiones .

"Comprendi que la Iglesia tenia un corazon y que este corazon estaba ardiendo de Amor.Comprendi que si el amor llegara a pagarse, los apostoles no anunciarian el Evangelio,

los martires se negarian a derramar su sangre...Comprendi que el amor encerraba todas las vocaciones y abarcaba todos los tiempos y todos los lugares...entonces, en el exceso de mi alegria exclamé: Oh Jesus, amor mio! por fin he hallado mi vocacion, mi vocaion es el amor, y así lo seré todo!!!La súbita inspiracion, formulada con exactitud por la santa, impulsara su vida, y dara sentido a todos sus movimientos".

Recurriremos constantemente a ella, porque como decia Edith Stein

al terminar de leer la vida de Santa Teresa de Avila, ''¡esto es la verdad!''